Se cierra un libro, una página, un bostezo. Un desvío. Una pieza, fuera espera, pero nunca entra. Siempre cierta cuando más seguro estás. Siempre tan ambigua cuando ves que nunca sabrás.
Mira fuera, cae fina lluvia, tu ventana que más callada que tu mirada, esperando que sucediera algo mañana. Que condena no impongo yo, me culpas, pues lo tuyo es temor. Y cuando menos quieras pensarás en mí. No es vivir si no soy yo, no soy yo si no te ibas. No eras tú quien ya se fué, era yo pues ya me propagué como el fuego.
1 germina, pero dos veces no florece, 2 veces te mira, pero nada sucede. Que tristes son las sombras que divagan por tu figura, que yacen de tu alma de la cuál no está segura.
Las horas desganaron el merecido, cúbrete el corazón si ves que impacta mi nombre, cúbrete de gloria cada vez que narres a la memoria.
Son adioses, sin decir adiós que de cualquier modo no son fruto de alucinación. Tú quieres ir hacia el sur porque no había otro norte. Yo te digo que me voy al norte para no ver más el sur; pero si quieres verlo no hagas voz " del siempre juntos " pues harás contraste en honor de los difuntos.
No es esto volar, ni tierra ni mar que describa tu plenitud al suicidio, así lo has querido, te has descrito, lo has concebido.
No te presentaré mis ojos, los primeros días serán oscuros, la luz de mi sonrisa yace en un reflejo de los labios que jamás besaron. Y nace la admiración de el enorgulle más humano.

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