Hoy he marchado a la luna, la luna incierta, el cosmos un lugar indeseado. He querido ser, demostrar y aveces esconderme, detrás del pilar siempre supe defenderme, delante del pilar caigo.
Entre viento y marea, 2 gotas al amanecer abastecen un océano, un océano de dudas. Lo mejor era culparse a sí mismo, lo mejor era ser franco, quizás era un duro equipaje y si, yo era una de esas personas que vivió con muchos riesgos.
No sé de que exactamente está echa la vida, y dificulta mucho la visión aquí arriba, por eso me pierdo muchos momentos.
Momentos que mueren, y otros que nacen. Todo está escrito, no logro hallar esa dichosa tinta, aquella que muere pero que jamás resucita. El caso es que en ese momento está escrito y cuando logro ver una luz se desvanece, el escenario se desvanece quedo rodeado de oscuridad, una llaga del paladar molesta que cubre mi bien estar y mi alma corre despierta sin saber que hacer des de un lugar lo más cubierta por el mal y lo más indefensa al tocarle. Sin embargo mi corazón palpita, con otra intensa melodía que al principio. Queda hueco y la métrica para mi amiga des obediente que odia ese palpitar mientras no allana el hueco de mi corazón.
Alma, querida alma, sé que andas apenada, angustiada y sola. Muchas margaritas deshojadas y con el viento peleas, ruges, flotas y duermes sobre el iris del ira para levantarte más tranquila. He de decirte, comunicado des de el centro de los centros de mi conciencia y mis pesares que ha acabado todo, haz las paces con ira, siente indiferencia y te transformaras ahora que habéis quedado en 2 dimensiones.